sábado, 16 de noviembre de 2013

Reflexión Personal

Realmente soy una persona que vive su vida día a día, no me hago preguntas, del porque de las cosas, nunca analizo las cosas que me pasan. Ayer fue diferente y por eso he decidido compartir esa experiencia.



Por casualidad  al abrir la ventana de mi casa,  me quede mirando al horizonte y sin darme cuenta me quede absorto en mi pensamiento. Desde mi ventana se ve muy bien, la laguna de Gallocanta con poca agua este año, por culpa de las escasas lluvias, pero un año más por fin, llegaban las grullas y se posaban en la parte más cercana a Gallocanta, una imagen que a los turistas apasiona pero a la gente foránea,  nos resulta de lo más normal.

Esta vez era diferente ¿Por qué? No lo sé pero sentía tranquilidad, una sensación agradable y eso es lo que me llamo la atención,  como nos influyen las pequeñas cosas cotidianas en nuestra propia personalidad.

Mi abuelo de joven era cazador, mi padre también, por el contrario, una de mis primas estudia para ser  forestal, mi tía es agente de la naturaleza y mi madre informadora turística de Gallocanta, lo que las convierte en amantes de la naturaleza y la tierra en la que viven.  Yo no sabría cómo calificarme, ¿Cazador o Amante de la naturaleza?, por un lado me gusta escuchar anécdotas de tiempos pasados de mi abuelo, o de mi padre  y realmente parecen entusiasmados cuando hablan de sus experiencias, pero por otro lado también me encanta ver como disfrutan de sus experiencias  con la naturaleza las mujeres de mi familia, o cuando  suben al monte a buscar una planta concreta, o coger un ave que esta herida y ver como buscan en internet: de que se alimenta, que especie es , como pueden ayudarla… Mi conclusión es que cada persona es libre de elegir su forma de vida pero la gente que la rodea, el medio en el que vive, sus costumbres o cosas que la rodean hacen que la balanza de nuestras decisiones se incline hacia un lado o hacia el otro. La suma de información y conocimientos sobre cualquier tema es lo que nos condiciona en nuestra elección.

Hace poco  tiempo en clase de Biología realizamos un trabajo sobre las grullas, no porque nos gustara el tema, realmente lo hicimos porque nadie lo quería y solo quedaba esa opción, pero después de varias salidas al campo, de buscar información, hablar con gente, estudiarlas en definitiva, el trabajo nos pareció muy atractivo, después tuvimos la suerte de ser seleccionados para ir a exponer nuestro trabajo a Barcelona y más tarde a Málaga, poco a poco es un tema que a los tres chicos que realizamos el trabajo nos ha calado hondo.

Todo cambia, las grullas para mí no eran importantes, ahora siento curiosidad por saber cuando llegan, cuando marchan…. La laguna no me parecía nada extraordinario, sin embargo ahora hay días que cuando se pone el sol, con el cielo rojizo, naranja, morado… reflejado en el agua de la laguna, pienso que suerte tengo de poder vivir en un lugar como este, cuanta gente en el mundo pagaría por disfrutar un minuto lo que yo tengo la suerte de disfrutar día tras día. 

Todo esto me hace pensar, que no amamos las cosas porque sí, ¿ me gusta esto, o me gusta lo otro?, creo que la relacion que nos une a ellas, es la que nos condiciona. En mi caso con 16 años, no sé todavía hacia donde irán mis pasos, pero quiero conocer muchas cosas

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