domingo, 19 de enero de 2014

Reflexión

Con el año nuevo casi todos nos planteamos cambios en nuestras vidas, unos cambios son insignificantes y otros más trascendentales: perder peso, estar más con la familia o amigos, estudiar todos los días para evitar acumulación de conceptos,…. realizar cambios en definitiva, para intentar mejorar nuestras expectativas. 
Nuestro corazón en esos momentos late fuerte, pensando que el año próximo todo será mucho mejor….

Supongo que esta situación es habitual, pero desde aquí quería hacer una reflexión sobre lo frustrarte  que resulta  tener una balanza  imaginaria en la cual tenemos que sopesar nuestras prioridades.
 

En mi caso  esta semana  y la siguiente tengo varios exámenes importantes dígase Química, Biología, Lengua, Historia…. Materias que tienes que trabajar y estudiar de forma profunda  y las situamos en un lado de una balanza imaginaria y  en el otro extremo de la balanza tenemos fiesta de san Antón, que desde pequeño he celebrado con los vecinos del barrio, abuelos, familia…  de forma muy intensa y emocionante con la posterior cena y tertulia hasta altas horas de la mañana. Pero al día siguiente…  tienes un examen     ¿? QUE DILEMA ¿?

 Ahí no acaba el asunto porque después de pasar la noche del jueves “ San Anton” y tener el examen el viernes , esa misma noche, comienzan las fiestas de invierno del municipio, “Los Mártires” SAN FABIAN Y SAN SEBASTIAN.



De nuevo la tentación te acosa, este año es “Prior mayor” de la cofradía un familiar cercano por lo cual aparte de los actos del programa tenemos comida familiar. Esto significa que el viernes desde las siete de la tarde hasta las dos o las tres de la mañana tienes compromisos, y el sábado desde las doce de la mañana hasta las cinco o las seis de la tarde nuevamente tienes obligaciones familiares.
Por último y no menos tentador ese mismo sábado tú prima y vecina celebra su cumpleaños “18 años” por lo que celebra una cena de amigos y por la noche la verbena.


 La balanza imaginaria esta descompensada, por un lado tienes la obligación y por el otro la tentación.
 Ahora entiendo porque año tras año, hay mucha gente que el día de año nuevo se plantea muchos objetivos y con el paso de los días estos objetivos se disipan o caen en el olvido, realmente resulta muy complicado en alguna ocasión cumplir tus metas.
El dilema está servido, hacemos caso a la balanza de la derecha con nuestro demonio imaginario particular y disfrutamos del momento, que seguro que resultara excepcional  o somos responsables y hacemos caso a nuestro angel  que nos indica “estudia, estudia,…”  
En mi caso me reservo la decisión final y personal sobre hacia qué lado se ha inclinado mí balanza pero la reflexión que quiero hacer es que la frustración está garantizada tomes la decisión que tomes seguro que en nuestro interior pensamos en las consecuencias de la opción que no hemos tomado y las experiencias que esa opción nos hubiera aportado.

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