Esta semana finalmente ha sido especial, aparte de
tener exámenes (como casi todas las que nos quedan hasta final de curso), para
poder desconectar de la rutina, los nervios y el stress, cada persona busca su
forma de relajarse o de hacer una “ PAUSA”, algunos escuchan música, otros se
van a correr y en mi caso, esta semana acepte una propuesta que me ofreció mi
familia.
La propuesta consistía en salir dos días a realizar
turismo diferente en Gallocanta, algo que se había propuesto mi madre en concreto,
para demostrar que hay otro tipo de visita a la laguna, a parte de la que
realiza todo el mundo en general.
Primera respuesta, un rotundo “NO” , ya que esa
propuesta me parecía una tontería o perdida de tiempo, finalmente después de
pensarlo mucho aceptamos tanto mi
hermano como yo, total la finalidad de
estar en familia y desconectar, eso sí que iba a pasar y de esta forma seguro
que no protestaban nuestros padres por la negativa de pasar tiempo juntos.
La idea era intentar demostrar que en cualquier ecosistema
aunque nosotros a primera vista no veamos fauna, si sabemos lo que deseamos
encontrar, en muchas ocasiones nos puede llegar a sorprender, mi madre quería
demostrar con fotos esta realidad, por lo tanto nos planteo simplemente dos
días de prueba al amanecer y al atardecer, esto fue el domingo 30 de marzo y el
martes 1 de abril la franja de horario había que estudiarla, finalmente al
amanecer desde las 7.30 a las 8.30 el domingo y por la tarde desde las 7.30 a
las 9 y el martes había que modificarlo por nuestra asistencia al instituto por
lo tanto la excursión fue más corta ya que teníamos que estar de regreso a las
8 para poder coger el taxi que nos baja a Calamocha.
Creo que ha sido la experiencia, más extraña y
agradable que he tenido nunca, quizás también influyera que no éramos
conscientes de la propuesta y pensábamos que todo sería un aburrimiento y una pérdida
de tiempo.
Cuando salíamos al amanecer, ya en el camino íbamos
encontrando especies variadas, pero lo mejor estaba todavía por sorprendernos y
es la sensación de “escuchar” al atardecer. Las personas nos encerramos en
nuestros hogares y parece que el mundo exterior se detiene y justamente resulta
suceder al contrario, “todo un mundo de vida se pone en movimiento” esta frase
es la que escuchaba durante todo el tiempo que duro la experiencia, y
francamente tenía razón mi familia.
Estar en el observatorio de la Reguera ( Cuerlas) y
comenzar a escuchar por primera vez un sin fin de sonidos de animales a nuestro
alrededor y de pronto, algo grande se mueve a nuestros pies, los cuatro
estábamos en silencio con el corazón a mil por hora, podíamos escuchar los
jabalíes justo debajo de nuestros pies en los carrizos y en las charcas que
forman los ribazos y acequias que están al lado, después de un rato ya casi
anocheciendo pudimos ver con nuestros catalejos y primaticos, 4 jabalíes que salían
a comer y deambulaban por la zona, al marcharnos otra vez mi corazón palpitaba
como hacía tiempo , se cruzaron en el camino de regreso a Gallocanta dos
jabalíes adultos con sus 4 crías, que al ver las luces del coche los adultos
dejaron rezagadas y a las pobres les costó dar el salto para esconderse en el
barranco que bordea el camino.
Las otras excursiones no han sido menos sorprendes , todo
lo contrario he podido ver más corzos en libertad que en toda mi vida junta,
después del recuento había más de 15 ejemplares que como son tan temerosos
podíamos observarlos desde lejos con nuestros catalejos y Telescopios pero en
dos ocasiones una llegando al observatorio de los Ojos y otra llegando al de la
Reguera dos grupos se nos cruzaron literalmente justo delante del coche, fue
realmente emocionante ver como corrían y saltaban en libertad, para ir a
esconderse en los carrizos, que también están llenos de jabalíes, pero que
parece no molestar, ni a unos ni a otros, ya que momentos más tarde cuando
llegábamos a la Reguera pudimos contar más de 20 jabalíes que también acudieron
a dormir al mismo sitio, y unas 35 grullas que todavía permanecen en esa misma
zona, por lo tanto podías ver distintas especies en un espacio reducido de
terreno.
Francamente ha sido una de las experiencias que no
podre olvidar con facilidad, por la cantidad y variedad de especies vistas, en
un recorrido corto Gallocanta – Ojos -
Reguera, y en dos franjas de tiempo muy
concretas, en las cuales jamás se me habría podido pasar por la imaginación
poder tener la capacidad de que me trasmitieran tantas sensaciones y emociones,
lamentablemente las cámaras de fotografía que llevábamos son normalitas y al
tener en ocasiones poca luz , quizás no se puede apreciar la experiencia, pero de
regreso a casa todavía nos esperaba alguna que otra sorpresa
Esta próxima Semana Santa ,a pesar de tener que
estudiar para otros exámenes y de quedar con amigos que no veo desde el verano,
espero poder repetir la experiencia, aunque lamentablemente seguro que no es lo mismo, ya
que me acabo de enterar que la administración ha aprobado desde el lunes 7
abril hasta el 31 mayo la posibilidad de hacer batidas o esperas nocturnas para
erradicar tantos jabalíes, que por lo visto están haciendo daño en los
guisantes sembrados y que supuestamente más adelante dañaran patatas, pipas
o el maíz que siembran cerca de Bello.
Lamentable esta situación, pero desde luego la
experiencia vivida con mi familia en mi territorio, la califico de: sorprendente,
emocionante, inolvidable, irrepetible…..
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